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Un pedacito de la Bombonera en San Luis: la esquina que enloquece a los xeneizes

Detrás de sus puertas el hincha vivencia una especie de tertulia entre las canciones del club y las anécdotas que remontan a las viejas noticias de El Gráfico. La emoción se desborda ante la réplica de la Copa Libertadores.

La esquina de Boca en San Luis.

por gatica

elchorrillero.com

Actualizada: 24/11/2018 02:23

Al caminar por la vereda de calle Mitre, en la intersección con Junín, se emplaza un local que trasciende el sentido de marketing de cualquier empresa. Se trata de un rincón en el que sus bordes dorados y azules relucen el orgullo de pertenencia a uno de los clubes más importantes del mundo: Boca Juniors.

La franquicia bostera es compartida por los fanáticos puntanos que pasan aunque sea una vez por semana a tomar un mate, a preguntar el precio de los mismos productos que consultó la semana anterior, a consultar por el clima; cualquier excusa es válida para que la piel se ponga “de gallina”, aunque les cueste la expresión.

El dueño de Boca Shop San Luis, Joaquín Otero, recibió al equipo de elchorrillero.com junto a su hermano Hernán, con quien no sólo comparte la familia sino la pasión xeneize. Sus descripciones de lo que acontece en el local, sorprendieron en cada línea sobre las curiosidades que despierta el fanatismo.

Previo al encendido de las cámaras fue inevitable recordar las anécdotas más explosivas desde que abrieron sus puertas en agosto. Una de ellas por ejemplo, remonta a un hombre que ingresó “asustado”, como midiendo con su gesticulación que ningún conocido lo viera en el local.

Se paró en la puerta y desde la misma dijo con un tinte de orgullo y culpa por pisar el territorio enemigo: “Soy de River”. Ni bien balbuceó la frase, un pequeño ingresó cantando todo el repertorio de Boca.

El atractivo. Boca ganó seis Libertadores y hoy va por la séptima.

-Enzo, vení, no toqués, dijo consternado el padre gallina, que a pesar de ponerle a su hijo el nombre de una de las figuras más importantes en la historia de River, le salió bostero.

Aun así hay otras historias más fuertes, como la de un taxista que pasó por el local y al ver que se trataba de un rincón azul y oro, ingresó y se arrodilló ante la réplica miniatura de la Copa Libertadores.

-¿Me puedo sacar una foto?, preguntó emocionado.

-Si, pero ¿por qué no se saca con la réplica grande?, le dijeron.

El hombre no se había percatado de que en una de las vidrieras se exhibía la copa de tamaño real, construida en cedro y bañada en plata, igual que la original. Allí lloró y besó interminablemente el metal como si sus labios se hubiesen encarnado en un trozo de terciopelo.

“Boca lanzó el tema de las franquicias y encontré la oportunidad de traerla. La instalamos con mucho esfuerzo, pero hoy tenemos nuestros frutos. Por un lado es un fanatismo muy grande que comparto con mi hermanos y por otra parte uno se siente agradecido por la sinceridad del hincha puntano, que muestra constantemente su satisfacción”, expresó Joaquín.

Joaquín Otero abrió las puertas para contar el día a día de la casa.

De acuerdo a lo que explicó la tienda no se trata sólo de la venta de indumentaria, sino que es el brazo que une a la casa central de Boca con San Luis. De hecho se proyecta que próximamente se concreten los trámites para convertirse en socio del club desde la capital puntana.

En este sentido la relevancia de la franquicia trasciende las ventas. Boca otorga de un modo minucioso los comercios, se encarga de diagramar cada detalle de la decoración del local, la iluminación, la zona de ubicación, y si se aprueban todas las exigencias, se puede condecorar con el local de venta de productos originales. En el país sólo hay seis franquicias.

“Lo primero que hace el hincha cuando ingresa es agradecer porque se sienten identificados desde la provincia con el club, cuestión que para nosotros los puntanos siempre estuvo muy lejana. Están muy contentos, hay gente que viene tres veces por día o pasan en la semana a darse una vuelta, es un orgullo”, sostuvo.

El folclore del fútbol: las "gallinas” que ingresan al local

Según comentó Joaquín, la esquina no es visitada exclusivamente por el público xeneixe. Muchos hinchas de River pasan para gritar alguna consigna del tipo “qué frío que hace”, otros porque sus parejas, hijos, nietos, son de Boca, y también están lo que se sienten atraídos por la copa e ingresan a conocerla.

“Hay mucha gente que entra y pide disculpas, dicen que son de River u otros equipos, algunos se quedan afuera, otros ingresan con timidez, vergüenza, expectantes de que no les vayan a sacar fotos, es algo que termina siendo gracioso y forma parte del folclore. Al final terminan todos charlando de fútbol”, sostuvo.

La atención del local demanda una constante formación, no sólo en ventas, sino en la actualidad y la historia del fútbol. Si bien no es un requisito, es indispensable para el diálogo cotidiano ya que el público es exigente.

“Hay que saber de historia, hay que estar empapado de Boca porque la gente te habla, te pregunta. Una vez vino un hombre que me comentó que coleccionaba las camisetas originales desde 1980, las tiene en sus envoltorios originales, entonces cuando hablas con alguien así tenés que saber medianamente algunas cosas para sostener la comunicación”, indicó.

La esquina de Mitre y Junín.

Asimismo la escuela de Joaquín Otero se remonta a su abuelo que le inculcó el club de sus amores y a las revistas El Gráfico, manuales de consulta que cualquier hincha guardaba en sus bibliotecas, antes del boom de internet.

La Libertadores y el vestuario

En el local reflejan regularmente los flashes de celulares que se llevan alguna imagen del vestuario o de la Libertadores, ya sea en el interior o desde el otro lado de la vidriera, todos quieren llevarse un recuerdo.

El impacto visual eriza la piel de cualquiera que interprete lo que significa una copa o un pedacito de la bombonera, sin importar el club de procedencia.

El caso del vestuario es el sitio obligado para la primera imagen a llevarse del local. La mayoría se sienta y percibe la magia de los azulejos que simulan los originales de la Bombonera, lo mismo sucede con las camisetas que cuelgan.

Respecto a la Libertadores hay tres alternativas para llevarse a la casa y exhibir con orgullo: una miniatura tipo llavero que oscila los $200, una réplica de repisa que ronda los $4 mil y la tamaño real que cuesta $54 mil. Sin importar el tamaño, la besan con religiosa devoción como si se tratase de un milagro materializado.

De hecho se percibe que la energía de tantos hinchas que se arriman para una foto o la rosan con las manos como queriendo grabar el fanatismo, de alguna manera consagran la plata que rodea el cedro.

“Es una pasión tremenda se desesperan al verla, mucha gente deja caer sus lágrimas, se emocionan y yo los entiendo. Cuando la traje me pasó lo mismo, incluso casi se me cae de la emoción, cuando la sacamos para limpiarla jugamos a levantarla, es como un sueño”, describió.

Lo más buscado de cara a la final histórica

El local tiene todo lo que un hincha puede imaginar. Cuadernos, lapiceras, juegos de toallas, relojes de pulseras, kit de asado, mates, tazas, vasos, llaveros, ceniceros, equipos deportivos, perfumes, mochilas, bolsos, camisas de vestir, chombas, indumentaria femenina y masculina, entre otras cosas.

Pero lo que más han elegido los puntanos ha sido la ropa para los pequeñines, como tratando que se empapen de la pasión desde la cuna. Asimismo otros buscan cualquier producto con tal de tener la pasión al alcance de sus manos, incluso hace unas semanas un hombre se llevó una camisa de vestir para lucir en su casamiento, aunque parezca increíble.

Cerca del cierre Joaquín se animó a pronosticar el final de la Libertadores: “Ganamos, con una confianza tremenda. Son los partidos decisivos que estamos acostumbrados a ganar, no soy de decir resultados, pero sé que vamos a ganar. En lo personal me gustaría que El Apache (Carlos Tévez) haga un gol, es el partido consagratorio para él”.

Antes del cierre de la nota resaltó la solidaridad tanto de los xeneixes como de los millonarios, que ante un acto de vandalismo que sufrió el local en el que rayaron con aerosol todo el frente, mostraron su apoyo y algunos hasta se ofrecieron a pintarlo.

La esquina de Mitre y Junín.

Más allá del malestar que generó en su momento la situación, los de la esquina azul y oro ahora están focalizados en el próximo evento: la inauguración oficial. La misma estaba prevista para este mes pero por razones alusivas al desarrollo de la final se pospuso para el próximo año.

Para el evento estará presente el vicepresidente de Boca y tres jugadores del club.

“Estoy muy sorprendido, lo que se da día a día es algo que esperaba pero aun así estoy sorprendido, hay muchas anécdotas, mucha pasión. Me considero un fanático, pero más allá de lo que se da con el rival, siempre es en el marco de la alegría y con buen sentido, esperemos que siga así”, concluyó.

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